Pitavastatina: perfil farmacocinético, actividad hipolipemiante y propiedades sobre el metabolismo de la glucosa.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son la causa principal de morbilidad y mortalidad en todo el mundo. Se estima que durante 2019 fallecieron 17,9 millones de personas como consecuencia de una ECV, lo que representa el 32% de todas las muertes a escala mundial y el 85% de ellas fueron consecuencia de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
Entre los distintos factores de riesgo que participan de este fenómeno, se destacan las dislipidemias. En este sentido, está claramente demostrado que una reducción de los niveles de lípidos plasmáticos se asocia con una disminución proporcional del riesgo de padecer un evento cardiovascular. Por otro lado, las estatinas se han convertido en el tratamiento de elección para los pacientes con dislipidemia y, si bien se trata de una familia terapéutica que se ha ido enriqueciendo con la incorporación de varias drogas, resulta interesante conocer las diferencias que pueden presentar entre ellas y cómo impactarían en los resultados alcanzados en la práctica diaria.
Pitavastatina: características generales y perfil farmacocinético
La pitavastatina es una estatina lipofílica de última generación indicada en el tratamiento de dislipidemias primarias y mixtas y también en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Su mecanismo de acción es similar al de sus congéneres (inhibición de la Hidroximetilglutaril-coenzima A–reductasa, cuya sigla es “HMG-CoA reductasa”), con la consecuente reducción de la síntesis de colesterol.
Pitavastatina, a diferencia de lovastatina, simvastatina, atorvastatina y fluvastatina, no es metabolizada a través del citocromo CYP3A4 y, a diferencia de rosuvastatina y fluvastatina, es mínimamente metabolizada por el citocromo CYP2C9, por lo que el riesgo de interacciones farmacológicas con otras drogas es muy bajo. Esto representa una verdadera ventaja cuando se la prescribe juntamente con otros medicamentos cardiovasculares (verapamilo, diltiazem, digoxina, amiodarona, clopidogrel, amlodipina, etc.) evitando de esta forma cambios en los niveles plasmáticos de los fármacos u otras interferencias farmacocinéticas. Por otro lado, los alimentos tampoco comprometen el comportamiento farmacocinético de pitavastatina; así como no se registran diferencias entre sujetos jóvenes o añosos, un punto importante si consideramos que la prevalencia de enfermedades cardiovasculares se incrementa en sujetos de 65 o más años.
Actividad hipolipemiante de la pitavastatina
La eficacia terapéutica de la pitavastatina en la reducción de los lípidos plasmáticos puede considerarse similar o incluso mayor que la de otras estatinas, destacándose el porcentaje de pacientes que alcanzan los niveles objetivo de LDL-C, tal como aparece reflejado en la siguiente figura en la que se consignan diferentes dosis de cada una de las drogas.
En comparación con otras moléculas de su clase, la pitavastatina es aproximadamente 6 veces más potente que la atorvastatina, 7 veces más potente que la rosuvastatina y 77 veces más potente que la fluvastatina para reducir el LDL-C.
Desde una perspectiva global, los porcentajes de reducción de los distintos parámetros lipídicos, o bien el incremento en el caso del HDL-C, aparecen graficados en la siguiente figura
Propiedades de la pitavastatina en el metabolismo de la glucosa
El ensayo JUPITER había generado oportunamente algunas inquietudes sobre la relación entre las estatinas y la diabetes de nuevo comienzo (DNC), ya que el 25% de los pacientes tratados con rosuvastatina había desarrollado esta condición. En este mismo sentido, distintos metaanálisis y un estudio reciente de cohorte revelaron una variabilidad notable (12% - 61,7%) en la aparición de DNC entre los pacientes tratados con algunas estatinas.
Resulta interesante conocer algunos datos que aportaron trabajos en los que, por ejemplo, la pitavastatina se ha comparado con otras estatinas en personas con y sin diabetes. El subanálisis del estudio LIVES, realizado en 1197 pacientes diabéticos que no recibían fármacos hipoglucemiantes, reveló una disminución significativa de la hemoglobina glicosilada (HbA1c) en el curso de 2 años de tratamiento con pitavastatina. El subanálisis del estudio CHIBA por su parte, demostró que pitavastatina a diferencia de la atorvastatina, no aumentó los niveles plasmáticos de glicoalbúmina y tuvo un efecto neutro sobre la glucosa plasmática en ayunas, la insulina y el HOMA-IR (siglas en inglés del llamado modelo homeostático para evaluar la resistencia a la insulina).
En conjunto, este y otros hallazgos en el mismo terreno, muestran que la pitavastatina -incluso empleada en altas dosis- tiene un efecto neutral sobre el metabolismo de la glucosa y, si bien no se puede descartar totalmente la aparición de DNC, su incidencia sería muy limitada.
Más allá de que aún no se ha podido identificar completamente el mecanismo farmacológico implicado en este atributo positivo, la evidencia acumulada indica que la pitavastatina estimularía la secreción de adiponectina, una sustancia que participa en diferentes procesos biológicos como el aumento de la sensibilización a la insulina, sumado a efectos antiinflamatorios y antiateroscleróticos. A pesar de algunas discrepancias entre diferentes estudios, pitavastatina -a diferencia de otras estatinas- aumentó significativamente los niveles plasmáticos de adiponectina (27,2%, frente a 17,3%, 14,7% y 7,2% con rosuvastatina, pravastatina y atorvastatina respectivamente).
Referencias Bibliográficas
(1) Fici Francesco et al: Review Article: Pitavastatin: Similarities and Differences Compared With Other Statins - Acta Pharm. Sci. Vol 59:(4), 2021
(2) OMS: enfermedades cardiovasculares – Recuperado de https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/cardiovascular-diseases-(cvds) Actualizado junio 2021